En otro post hace varios años ya usé la expresión Tempus Fugit, como su propio nombre dice en latín, el tiempo se pasa volado y más siendo madre de dos peques. La mayor ya tiene 4 años pero ahora estamos encantados con otro peque, un angelito que no da guerra, pero cuando no quiere dormir se resiste.
Cuando vamos siendo padres y vamos envejeciendo nuestra percepción del tiempo va cambiando según nuestras experiencias y edad. Y es que otro factor que intensifica esta sensación es la de estar todos los momentos pendientes de los peques, ya pierdes consciencia de tú tiempo y todo pasa entre sueños, porque dormir se duerme poco.
Hablando con otras madres parece que esta sensación también se les intensifica sobretodo a partir de los 40, uno de esos escalones clave en nuestras vidas. Cuando te quieres dar cuenta ya los estás cumpliendo y tus peques cada días son menos peques y es cuando te das cuenta de verdad lo rápido que crecen y como se pasa el tiempo y apoyamos a nuestras pequeñas esperanzas en su continuo aprendizaje, en este sendero llamado vida.
El caso es que este período de mi vida se ha pasado muchísimo más rápido que el resto, no sé si a vosotros los padres y madres de la blogesfera os pasará lo mismo o soy yo que soy demasiado exagerada.
Me ha parecido interesante volver a tocar este tema después de mi segunda maternidad que conjugo con mi empresa lacestitadelbebe.es, que también me engulle su tiempo, al fin y al cabo nuestro tiempo es lo que más dedicamos a nuestros amigos, familias, intereses y amores.