Acabo de escribir el título del Blog y ya estoy pensando ¿que es eso? En este mundo en el que todo va a un ritmo trepidante, la vida, el día a día, la información que te llega a borbotones por distintos medios se hace muy difícil desconectar y vivir sin prisas se convierte en una utopía.
Os pongo un ejemplo que podría ser de mi día a día y con el que seguro que más de una se siente identificada: Estas hablando con tu madre, alguien te envía un whatsap, lo consultas porque estas esperando que Maritere te conteste a la pregunta que le hiciste hace un rato, en la tele están echando las noticias y no quieres perderte la última del atentado de Túnez, así que haces oreja mientras intentas no distraerte demasiado del tema que tenías entre manos con tu madre, mientras tu hija tira de tu falda intentando que le prestes atención y sin parar de gritar mamá, mamá, de repente se oye la radio es tu hija, intentado llamar tu atención y la de la abuela y que bailemos con ella una jota ¿no es para volverse loco?
Y me pregunto en que momento el ser humano dejó de concentrarse en lo que realmente importa, dejó de preocuparse por un sólo asunto en el momento que lo ocupaba prestando atención únicamente a eso y me lo pregunto cómo ser humano que deambula entre esta jungla de quehaceres y exceso de información en la que vivimos intentando prestar atención a todo y realmente prestándosela a nada. Si bien es cierto que no soy quizá la persona más adecuada para preguntar a nadie ya que yo soy la más despistada, la más »éterea» (me lo llamó un día una amiga y creo que es uno de los calificativos más extraños y a la vez más acertados que nunca me han dicho) de las criaturas que rodean mi mundo. Tengo el defecto de aislarme en mi mundo e ignorar al resto de seres a mi alrededor, por lo que a veces me hablan y no contesto, no porque no quiera o los ignore deliberadamente sino porque ni siquiera sabía que se dirigían a mí, no los estaba escuchando. Creo que es un defecto que desde siempre he tenido, de hecho de pequeña me llevaron al otorrino porque pensaba que no oía bien y lo que me pasaba es que simplemente no estaba escuchando al profesor cuando me hablaba. Posiblemente ahora dirían que tenía un síndrome de falta de atención (¿porque nos empeñamos en llamar síndrome a todas las »patologías» que antes nos parecían tan normales?), posiblemente ese síndrome mal curado ha afectado a mi personalidad de adulto…puede ser, en conclusión el mal persiste y lo cierto es que entiendo que a los de mi alrededor, sobre todo a los mas cercanos como mi marido les irrite sobre manera sentirse ignorados, pero no lo hago deliberadamente y lo cierto es que no puedo evitarlo.
El porqué, la verdad es que creo que la culpa de todo esto son los nervios, las prisas y el stres. Cuanto más etresada estoy más me pasa y es que parece que mi cerebro tiene ganas de desconectar y ¡vaya si desconecta! Pero a pesar de estos signos de alerta (que yo achacó al exceso de estímulos externos, aunque también puede ser que me falte un herborcillo), seguimos con un ritmo de vida estresante desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, siempre con prisa aunque realmente no la haya, siempre con falta de tiempo, ¿tiempo para qué exactamente? para trabajar más, para hacer la colada, para un montón de imposiciones que nos hemos buscado nosotros mismos y entre tanto se nos olvida tener tiempo para dedicarnos a vivir, para mimar a nuestros hijos,para disfrutar con ellos (sin estar pendiente del móvil, del ordenador o de la tele, sólo con ellos)
Ahora estamos pasando unos días de »desconexión» en el pueblo y a mi reina le pusimos una piscina de esas hinchables para que disfrutara, subí a la habitación para quitarle la ropita y el pañal mientras su abuelo y su padre llenaban la piscina y mientras yo sacaba un pañal seco y una toalla me la encontré en el pasillo urgiéndome para que la llevara a la piscina, haciendo palmas como una loca y quitándose el chupete a la desesperada como diciendo vamos mamá, deprisa que vas muy lenta! Cómo?? me hizo mucha gracia en ese momento, pero después se activó una alarma en mí, ¿lo estaremos haciendo realmente bien con ella? mi hija de 21 meses ya es la más impaciente de la casa, lo quiere todo para ya y todo para ahora mismo…¿hemos creado una bomba? Nos quejamos de que es muy nerviosa, vale que su personalidad sea así pero esta claro que nosotros en lugar de apaciguarla la enervamos aún más. ¿Nos hemos vuelto locos? la verdad es que a veces desearía mudarme a algún lugar recóndito en el que vivir más tranquilo y sin tanto stres. Pero no creo que sea necesario, todo esta en nuestras cabezas, podemos vivir más despacio, podemos hacerlo en nuestras casas y sin salir de nuestras vidas y podemos enseñarle a nuestros hijos a vivir más despacio prestando la atención necesaria para cada cosa y en cada momento y disfrutando día a día con las pequeñas cosas, cada una a su tiempo. Este va a ser mi propósito para los próximos meses, vivir más despacio y más tranquila y vosotras ¿os apuntáis a la vida sin prisas?